El ferrocarril Transístmico

28/10/05

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El ferrocarril Transístmico
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Semanario Propuesta

Enero, 1997

Angélica Beltrán

 Inversionistas extranjeros, particularmente de los de Estados Unidos de Norteamérica, han puesto la vista nuevamente en el istmo de Tehuantepec, la cintura del territorio nacional, como la zona por la cual podría correr un moderno ferrocarril de alta velocidad, que facilitaría el comercio entre oriente y  occidente; sobre todo ahora que está por concluir la concesión que tienen para operar el Canal de Panamá, vía por la que actualmente se lleva a cabo ese comercio.

Sin embargo, las fuerzas progresistas de nuestro país consideran que el proyecto, de llevarse a cabo, traería consecuencias negativas a nuestro país en relación a la soberanía nacional y la explotación de las reservas naturales que abundan en esa zona.

Ahí se encuentran las selvas de los Chimalapas, el caudal acuífero de los ríos Coatzacoalcos, Jaltepec, Solósuchil, Tehuantepec y otros; al igual que la riqueza petrolera de la costa del Golfo, donde se procesa el mayor volumen de crudo de las seis refinerías del país y se produce el 88 por ciento del total de petroquímicos que se producen en México; riqueza pesquera y salina del puerto de Salina Cruz, además de muchos otros recursos aún no explotados.

En la licitación del proyecto denominado ferrocarril trasístmico podrán participar inversionistas extranjeros con un máximo del 49 por ciento del capital. Por ello, entre la sociedad mexicana se mantiene una constante preocupación ya que a través del programa de desarrollo para Tehuantepec se pretende otorgar una concesión para operar un puerto o una vía de ferrocarril en ese lugar.          

El proyecto consiste en la construcción de una vía de 411 kilómetros por donde pasaría el transístmico, cuyo recorrido de 45 minutos conectaría al Océano Atlántico con el Pacífico, a través del Golfo de México, partiendo de Coatzacoalcos (Veracruz) hasta Salina Cruz (Oaxaca.)

El corredor transístmico quedó al margen de la licitación del ferrocarril del sureste, como consecuencia de las manifestaciones de protesta.

Uno de los legisladores que ha profundizado en el caso del Ferrocarril Transístmico, Héctor Sánchez, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), ha declarado que de llevarse a cabo dicho programa se correría el riego de perder nuestra soberanía, así como el dominio de la zona, la posible discriminación de los nacionales para usar las vías concesionadas, el desplazamiento de los pobladores -quienes dejarían de ser dueños de sus tierras-, la modernización de la zona para beneficio de inversionistas extranjeros y la mayor pobreza de los habitantes.

 Por otra parte, Octavio Rodríguez Araujo, politólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló que el proceso de desarrollo de un país no se logra cuando en él  intervienen intereses ajenos a la nación, sino por el contrario, se genera una condición de sumisión ante los capitales extranjeros, como se ha demostrado a través de La historia.

 Ahí está el caso de Panamá, donde fue construido un Canal para facilitar las transacciones comerciales alrededor del mundo. Desde su construcción, el territorio que ocupa el canal fue considerado por Estados Unidos suyo, pues el espacio en que se construyó fue concesionado por Panamá al gobierno estadounidense; dadas estas condiciones, este país latinoamericano perdió soberanía sobre esa franja.

 De concretarse el proyecto transístmico México podría sufrir bloqueo económico por alguna diferencia con E.U.

         En el supuesto de que llegara a concretarse el proyecto transístmico, México podría sufrir las mismas consecuencias que Panamá, o, a través de la ley Helms-Burton, nuestro país podría ser objeto de un bloqueo económico semejante al que hoy padece Cuba. La zona de Tehuantepec constituye desde el punto de vista económico, una rica reserva de recursos naturales que deben ser explotados por los mexicanos para que redunde en beneficio para el país, no para el extranjero.

         Por otro lado, el gobierno de la República ha planteado la modernización de esa región a través del Programa Integral de Desarrollo Económico para el Istmo de Tehuantepec, del que forma parte el ferrocarril del sureste mexicano, en el que participan los gobiernos de Oaxaca y Veracruz y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, y se tienen contemplados alrededor de 117 proyectos encaminados a llevar modernidad a esa zona del sureste mexicano.

 

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