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Periódico El Nacional/ Agosto, 1993
ESPACIO MÁGICO DONDE TODO ES REAL
Angélica Beltrán
En un rincón de la ciudad de México aún se realizan rituales destinados
a aliviar males del alma y del cuerpo, que no es capaz de curar la
medicina moderna. En reducidos espacios donde apenas caben dos personas,
se dan consultas y se hacen limpias para purificar el interior de
quienes han sufrido algún maleficio, o mejor aún, para atraerles la
fortuna, el amor y el dinero.
Cientos de personas acuden cada semana al Mercado de Sonora en busca del
remedio a sus males o el amuleto preciso, de acuerdo a sus necesidades.
Inaugurado en 1957, este mercado constituye el principal centro de
distribución de plantas medicinales del país, así como el más importante
expendio de artículos místicos y religiosos de México.
 Es también el principal centro de abastecimiento de brujos, yerberos y
curanderos, los que alivian enfermedades a partir de las propiedades
medicinales de plantas y minerales, y de la fe en artículos con
propiedades mágicas.
Entre hierbas, amuletos y la siempre encendida luz de una veladora roja,
dentro de los consultores de cada puesto la gente habla de sus pesares y
de los síntomas de una enfermedad que la ciencia médica no se explica, y
de cómo desea que sea su relación con amigos, familiares y amores. Las
limpias se realizan en un lapso que va de los cinco a los diez minutos,
y tienen un costo de entre 50 y 100 pesos.
Al recorrer los estrechos pasillos del Mercado de Sonora se pueden
hallar infusiones, baños, limpias, aguas espirituales, polvos mágicos,
lociones, perfumes y jabones, entre otros tantos productos que incluyen
una etiqueta con la oración que se debe rezar antes de usarse.
Los que más se venden son los perfumes: Conmigo y nadie más, Quiéreme
siempre, Yo domino a mi mujer, Nunca me dejarás, Fortuna, Amor y
Felicidad; sus precios oscilan entre los 15 y 50 pesos.
La medicina herbolaria es una práctica de los pueblos prehispánicos que
no se ha perdido a lo largo de los años, y hasta nuestros días se ha
conservado la estrecha interrelación de conocimientos empíricos y
elementos de magia y misticismo para curar infinidad de males.
Durante el dominio español, el pueblo mexicano mantuvo su particular
manera de curar, sobre todo porque la medicina “científica” de los
peninsulares no logró erradicar por sí misma los males traídos del viejo
continente.
Casi todos los vendedores de artículos místicos y religiosos de este
lugar hacen limpias a la gente, los hogares y los negocios, echan las
cartas para ver el futuro, leen el café y el tarot, recetan medicamentos
naturales y recomiendan amuletos a sus pacientes, los que acuden con fe
a este espacio mágico donde todo es real.
Fotos: Bruno Cortés
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